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La relación con tu cliente es como una relación de pareja

 

Como muchos ya sabéis, dejé la abogacía tras 12 años de ejercicio porque deseaba dedicarme escribir. Este paso fue muy complicado, como un divorcio, pero lo más complicado ha sido hacer que cada cliente para cuya web o blog escribo aprecie mi trabajo como escritora y redactora.

Hablando con mi amigo David que es fotógrafo, mi amiga Beatriz que es consultora inmobiliaria y mi amigo Willy que es periodista, me he dado cuenta del poco valor que se le da en España al trabajo bien hecho, a la profesionalidad y a la creatividad.

No te doy casi nada a cambio y te exijo exclusividad

En mi caso, como redactora, blogger y escritora cuando comencé a escribir lo hice gratis para una web porque necesitaba tener algo de experiencia y un año después cuando pedí que me pagaran, me dijeron que no podían. Yo sabía que estaban pagando a un informático y a otros profesionales para su web, por lo que me di cuenta de que tenían otras prioridades y de que no eran mi cliente.

Más tarde, he tenido clientes que pagaban una miseria por cada post, exigían muchísimo y encima pedían exclusividad. Esta es una de las cosas más injustas que he vivido, porque es una falta de respeto total hacia un profesional. No me valoraban como profesional y encima me impedían progresar y trabajar para otras webs similares.

En el ámbito de las parejas esto se traduciría como una relación en la que una persona lo da todo, la otra no aporta nada, exige fidelidad y es infiel. Tanto en el campo profesional como en el de las parejas, esta situación requiere una ruptura inmediata.

Valórate y te valorarán

La experiencia de mi inicio como redactora me enseñó que hay que darse valor a uno mismo como persona y como profesional, porque si tú no te lo das, nadie te lo va a dar. Esto se traduce en que es necesario cobrar el trabajo por lo que vale.

Mi trabajo no es un resultado final de un post de 500 palabras optimizado para SEO, es un post de 500 palabras y optimizado para SEO que he elaborado teniendo en cuenta mi formación como abogada, mi experiencia como abogada y como blogger y el tiempo empleado en buscar información y redactar un post de forma coherente y atractiva para el lector, editarlo y subirlo a WordPress. Todo ese conjunto de cosas es lo que da valor a mi trabajo.

Hace unos meses comencé a escribir para una empresa de marketing de Barcelona que me encantó. Desde el primer momento me valoraron como redactora y a medida que hemos ido ganando confianza me han ido asignando más y diferentes trabajos y dándome valor.

Pagan un precio justo por lo que piden y compensan el esfuerzo de los redactores. Cosas tan simples como dar las gracias, dar la enhorabuena por el trabajo, desear un buen día o una buena semana, las hacen y yo también, y eso ha generado una relación basada en la confianza mutua.

En una relación de pareja, si no te amas a ti mismo nadie te va a querer. ¿Quién quiere estar con una persona que no se soporta y no se valora? Lo mismo ocurre en una relación profesional, si tú no valoras tu trabajo, tus clientes no lo van a hacer.

Si te relacionas con tu pareja en un plano de igualdad, de respeto mutuo y de aprecio hacia la otra persona, todo fluirá y se irá generando confianza mutua.

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