Descubre lo que un grupo de emprendedores puede aportar a un escritor

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Hace dos años decidí dar un vuelco a mi vida, dejar mi trabajo de abogada en el que llevaba 12 años y dedicarme a lo que realmente me gusta: la escritura. Y, también hace dos años, un amigo mío me convenció para ir a una reunión de un grupo de emprendedores en Boadilla. No sabía que esto era solo el principio.

Allí conocí a Angel Partida y a Rafael Casalins que un día habían decidido crear los Master Mind Groups en Boadilla como un punto de encuentro entre los emprendedores para vencer la soledad del emprendedor y aportar ideas a la vez que las recibes.

Primer paso: definir lo que quieres hacer

No me gusta hablar en público y no sabía cómo se desarrollaba la reunión hasta que lo explicaron al principio: cada uno tenía que exponer su proyecto en 5 minutos y decir qué necesitaba. Entonces miré que había unas cinco personas delante de mí con proyectos fantásticos y me hice dos preguntas: ¿Qué proyecto? Escribir. ¿Qué necesito? De todo.

Era difícil definir mejor mi situación y lo que quería hacer porque solo el tiempo te lo va diciendo a medida que avanzas hacia tu objetivo. De todas formas, al final hablé y simplemente expliqué mis circunstancias en ese momento. Lo que más ayudó fueron las preguntas de la gente que componía el grupo: ¿Qué quieres escribir? ¿Sobre qué temas? ¿Qué te gusta? ¿Qué es lo que haces mejor?

Segundo paso: concretar ideas y aportar

En este grupo me di cuenta de que hay personas con ideas extraordinarias y con muchas ganas de hacer cosas diferentes, en lugar de estar en una oficina 8 horas al día trabajando para otro. Me encontré con una persona dedicada al ocio de niños, otra a informática, otra a viajes, otra a mentoring y muchas más.

Conocer y entrar en contacto con personas dedicadas a sectores tan diferentes aporta un nuevo punto de vista mucho más abierto y flexible, y sobre todo ayuda a saber que tienes que definir tus ideas.

En el grupo al que acudía conocí a Yaiza, una chica que tiene una web dedicada al ocio de niños (ocio para peques) y que me dio la oportunidad de escribir para su blog. Ese fue el primer artículo que me publicaron y hablaba de la creatividad.

En este momento pude definir lo que quería hacer y por dónde podía empezar: escribir para blogs y webs. Además, a medida que iba acudiendo cada mes a las reuniones del grupo de emprendedores, a la vez que vencía la soledad de trabajar desde casa, aprendí a aportar ideas y dar mi punto de vista sobre problemas de otros emprendedores.

Tercer paso: la constancia

Llega un momento en el que te das cuenta que no sirve de nada ir a una reunión de emprendedores y no volver, sino que es necesaria una constancia para que la ayuda que te dan y la que das tenga efecto. Durante varios meses acudí a las reuniones de mi grupo de Master Mind los jueves y llegó un momento en el que quise asistir a más reuniones y conocer más proyectos.

Decidí acudir también a uno de los grupos que se reunían de mañana y me encontré con otras personas también con proyectos muy interesantes. Decidimos formar un nuevo grupo que liderara yo misma y que se reuniera dos veces al mes en lugar de una, de esa forma comenzamos un proceso que duró algunos meses en los que aprendimos mucho.

Cuarto paso: escuchar y aprender

Siempre recuerdo un caso de una chica que llegó empeñada en alquilar un local para desarrollar su actividad y en dos horas de reunión del grupo de Master Mind la convencimos de que lo mejor era ponerse de acuerdo con un bar y desarrollar su actividad en un horario en el que el bar tuviera poca clientela, de esa forma salía beneficiada ella porque no tenía un gasto y el dueño del bar porque ella le aportaba clientes.

Los miembros del grupo también me dieron muchas ideas sobre cómo difundir mi trabajo en las redes sociales, mejorar mi perfil de linkedin, buscar nuevas colaboraciones o conseguir más suscriptores para mi blog.

Me di cuenta de que es necesario escuchar todo lo que te dicen otras personas que no te conocen mucho y que son totalmente objetivas y también es importante aprender y aplicar sus consejos.

Mi grupo de Master Mind en Boadilla duró hasta después del verano de 2015 porque en un momento dado el compromiso de algunos miembros cayó y no había quorum suficiente para las reuniones, ya que son necesarias unas 8 personas.

Dejé de asistir a los grupos y hace poco comencé de nuevo a ir a un nuevo grupo de Master Mind en Boadilla. Me impactó comenzar de nuevo y sentir otra vez la enorme energía positiva que transmite el simple hecho de reunirte con personas que tienen tus mismas inquietudes y me sorprendí a mí misma contando con cierta soltura mi proyecto, porque ahora tengo claro lo que quiero y lo que no quiero.

En general, está siendo una experiencia muy positiva y me he dado cuenta de que soy una emprendedora más y mi proyecto es la escritura. Si alguien me hubiera dicho que iba a pasar todo esto hace 3 años, le habría respondido que estaba completamente loco.

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