Escribir es complicado, las ideas suelen surgir, por lo menos en mi caso, en el metro, cuando camino por la calle o cuando conduzco, nunca delante del ordenador mientras intento que las letras se junten y salga algo que merezca la pena.
Sé que es una cuestión de actitud y de mucha práctica, “cuánto más escribas mejor lo harás” es la frase típica que se escucha siempre, pero es totalmente cierta. Sin embargo, llega el momento de escribir un relato, estoy delante del ordenador, las manos sobre el teclado y se me ocurre una idea genial para un artículo, me acuerdo de que no he llamado a mi amiga María, tengo que mirar urgentemente las redes sociales o me tengo que ir a la compra.
Es decir, un desastre. Por eso hoy os propongo algunos truquillos que utilizo yo y que me suelen funcionar.
Planifica y ponte objetivos
Una buena idea para poder escribir es tener un objetivo: escribir un relato a la semana, escribir una página al día, escribir una hora contra reloj cada día por la mañana. Si, por ejemplo, quiero escribir un relato para mi clase de escritura de los sábados, planifico mi semana y cada día guardo una hora para dedicarla a mi relato. A lo mejor el lunes hago un primero borrador. El martes lo elimino todo y empiezo de nuevo o cambio el sentido del texto. El miércoles lo reviso, el jueves me pongo a “segar “el relato para eliminar todo lo que sobra y lo dejo a la mitad y el viernes lo leo en voz alta y lo envío.
Escribe frases motivadoras en post it
Justo al lado del ordenador tengo un corcho tamaño cuadro en el que voy clavando frases motivadoras para escribir o ideas que se me ocurren para algunas historias. Ahora mismo tengo frases como: “Si no te apasiona, no lo hagas”, “Suelta todo aquello que ya no te sirve y enfócate en lo que quieres lograr”, “Confía en tu intuición” y “Filosofía Hermés, nunca de rebajas” (esto solo lo va a entender una amiga mía).
Haz una cuenta atrás de una hora
Esta técnica lo aprendí leyendo los consejos para escribir de Chuck Palahniuk y realmente funciona. Dice lo siguiente:
“Cuando no quieras escribir, pon la alarma de uno de esos temporizadores de cocina para que suene al cabo de una hora y siéntate a escribir hasta que suene. Si para ese momento sigue sin aparecerte escribir, eres libre. Pero, normalmente, para cuando suene la alarma, estarás tan metido en tu trabajo, disfrutándolo tanto, que querrás continuar. En vez de un temporizador, puedes poner la lavadora o el lavavajillas y usar el tiempo de lavado para cronometrar tu trabajo. Alternar la tarea mental que supone escribir con la física de hacer la colada o lavar los platos te proporcionará las pausas que necesitas para que te lleguen nuevas ideas y percepciones. Si te atascas y no sabes cómo continuar la historia… limpia el baño, cambia las sábanas, quítale el polvo al ordenador. Seguro que, mientras tanto, aparece una idea.”
Me encanta y, además, me ha ayudado mucho.
Aléjate del móvil, la televisión y la tablet
Lo más típico cuando nos ponemos a escribir es tener la tentación de mirar el móvil cuando suena el whatsapp o el correo electrónico. Yo lo que hago es encerrar el móvil un rato en el baño. No pasa nada, lo juro, si durante una hora o dos no miras el móvil.
Lo mismo ocurre con la televisión o la tablet. Apaga todo y no dejes el correo abierto en el ordenador. Nada de tentaciones, solo la página blanca, el teclado, tus dedos y tu imaginación.
Olvídate de la inspiración
No creo en la inspiración, si te pones a escribir y tienes una cierta regularidad antes o después escribirás algo que merezca la pena leer. Es una simple cuestión de trabajo y disciplina. Pablo Picasso decía su famosa frase: “Cuando la inspiración llegue, que me encuentre trabajando”.
No busques excusas
Junto a las distracciones del móvil o el correo electrónico, nuestro cerebro buscará miles de excusas para no sentarnos a escribir: no estoy inspirado, tengo hambre, he quedado y no me da tiempo, tengo que ir a la compra, etc. etc.
Para evitar esto es muy útil la planificación, porque si has planificado todos lo que tienes que hacer cada semana a cada hora, ya sabrás cuándo has previsto ir a la compra, comer o quedar con alguien y sobre todo sabrás cuándo has previsto escribir, por lo que las excusas no existirán.
Aprovecha tu momento de mayor concentración
Si te despiertas por la mañana y eres de los que está más concentrado por la mañana aprovecha ese momento para escribir. Si por el contrario por la noche te concentras mejor ese será el momento adecuado. Esto, evidentemente, lo podremos hacer en la medida de nuestras posibilidades. Yo a las siete y media de la mañana estoy con todos los sentidos alerta y suele ser el momento en el que más me concentro para escribir.
¿Y tú qué técnicas utilizas para empezar a escribir sin excusas?