Yo te quise más es el título de la última novela de Tom Spanbauer (Literatura Random House, 2015), que tras siete años vuelve con un libro que impresiona, motiva, te hace reflexionar y te hace reír y llorar casi a la vez. Se trata de una historia que cuenta las vidas, durante un lapso de tiempo de unos veinticinco años, de tres personajes, Ben, Hank y Ruth. Vidas que se cruzan, que se alejan, que se odian y que se aman.
Tom Spanbauer es profesor de escritura en un taller llamado “Escritura peligrosa”, y este libro es un perfecto ejemplo de esa escritura desagarrada, que sale del corazón. Se trata de una novela que te atrapa desde el primer momento, que es extremadamente cercana e hiriente a veces.
«Cogí el cuchillo, me lo llevé al pecho, lo clavé con fuerza, corté abajo y en círculo, me arranqué el corazón y lo deposité todavía caliente, en la página.”
Puede que te rías leyendo una escena, pero al segundo siguiente, un par de párrafos después, puede que llores. Te sentirás identificado con las tres personalidades de Ben, Big Ben el que se atreve, a todo el que toma las grandes decisiones, Little Ben el que deja que los miedos lo paralicen y Running Boy, cuando sólo puede correr y salir huyendo. Podrás percibir cómo se siente un escritor que quiere sacar toda su sangre y su pasión y ponerla sobre el papel para contarte algo importante.
En Yo te quise más hay varios referentes que se encuentran a lo largo del libro y que sirven de hilo conductor para ir entrelazando la vida de Ben, Hank y Ruth. La palabra propincuidad y todo el misterio que encierra en relación a la vida de Ben y a su incomodidad con la cercanía de las personas. Un poema, que se cita muchas veces a lo largo de la novela y del que no conocerás su importancia hasta el final. Una forma de contar tres vidas, desde un solo punto de vista que es magistral.
Es imposible desgranar en pocas palabras toda la belleza de Yo te quise más, porque son un conjunto de bellezas que te sorprenden en cada párrafo, aunque quizás la más destacada es la forma de contar una historia que puede parecer sencilla, pero que eleva los sentimientos y el desgarro hasta tu propio corazón.
“(…) aquí estamos los tres, bailando ese viejo baile cuya única regla es añadir uno si hay tres y si no, resta. Si el tres no encuentra al cuatro, el tres vuelve al dos. Añadir o restar, esa es la regla»